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8 de julio de 2010 | MERCEDES MUÑOZ. GRUPO NO ADSCRITO

¿Procesos “selectivos”?

Hace aproximadamente un año el Pleno de nuestra Corporación aprobó el reglamento de funcionamiento de la bolsa de trabajo que debería organizar la contratación por el ayuntamiento del personal temporal. El documento fue el resultado de muchas horas de trabajo y de muchas reuniones en las que, durante meses, trabajadores del ayuntamiento con experiencia en el tema y representantes de los grupos políticos intentamos llegar a acuerdos serios sobre cómo y para qué contratar. Vimos conveniente que, para evitar posibles arbitrariedades a la hora de contratar, se nombrara una comisión de seguimiento de la bolsa. En realidad, el objetivo de una bolsa de trabajo como la que hemos diseñado no es sólo organizar en una lista a los demandantes de empleo sino, lo que es más importante, hacer transparente y público el proceso de contratación: todo el mundo puede saber en todo momento cuántos puntos tiene, quién está delante o detrás, cómo se mueve la lista… Quizá por eso la bolsa todavía no ha entrado en funcionamiento y todavía se está baremando la documentación que cientos de personas, ilusionadas por las expectativas falsamente creadas, llevaron al Ayuntamiento.

En lugar de optar por un medio de contratación abierto a la ciudadanía y expuesto a su control, el equipo de gobierno sigue prefiriendo contratar a su manera y crear en la ciudadanía la impresión de que acaba contratándose a quien desde el principio se quería contratar. Y esto sucede sobre todo en el macro área de Infraestructuras y Urbanismo, más conocida como “la gerencia”, donde encontramos casos de encadenamiento de contratos, a pesar de los avisos reiterados de la oficina de contratación, o procesos de selección en los que intervienen las mismas personas que optan a los puestos. Tampoco es suficiente realizar una oferta innominada al SAE, como ha ocurrido con la Oficina del Plan Especial, si luego se realizan unas “pruebas de selección” que quedan al arbitrio del propio personal de la gerencia porque el convenio no incluye unas bases que nos den resuelto el proceso. Hayan primado la experiencia laboral, los cursos, el dominio de la ley urbanística o lo que sea, los ciudadanos empiezan a tener ya demasiadas sospechas de que las cosas no se están haciendo como se deberían hacer.

Y algo parecido ha ocurrido con algunas decisiones de las mesas de contratación, que luego se ratifican en el Pleno. Nadie puede negar que la concesión de la escuela infantil de las Caracolas ha sido polémica y sigue siendo discutible, que se adjudicó provisionalmente habiendo un recurso de por medio; que se ha concedido la explotación del cementerio a la única empresa que se presentó, la misma que ofreció una visita a sus instalaciones y que, sin embargo, se está retrasando la decisión sobre la empresa del agua porque el informe del interventor, perjudicial para la empresa “aspirante”, contrarió a más de uno, incapaz de asumir que quizá esa empresa no formuló la oferta más ventajosa para nuestro municipio.

Como mínimo, los ciudadanos podemos esperar de nuestros gobernantes lo mismo que de la mujer de César: no sólo que sean decentes, sino que lo parezcan.

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