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Adiós "Chica"

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Muy pocos prieguenses reconocerían por su nombre a Mercedes Medina Usano. Pero si hablamos de “Chica”, que vivía en el Compás de San Francisco, entonces serían muchos los que se acordarían de ella. Murió en la tarde del día 25 de de Febrero, de repente, sin hacer ruido ni molestar a nadie.
Pero era una mujer que no pasaba desapercibida, una mujer con personalidad, una mujer que merece el recuerdo de quienes fueron sus amigos.
Nació Mercedes en Priego en 1926 y era la menor de tres hermanas; fue su padre Antonio Medina García, fotógrafo de profesión y por lo tanto uno de los pioneros del arte de la fotografía en nuestro pueblo; su madre, Julia Usano, enviudó cuando su tercera hija tenía solo tres años y para mantener a su familia ejerció como “maestra miga”, es decir, abrió una escuela infantil, en la que entonces estaban los niños hasta los 6 años. “Chica” estudió lo indispensable, aunque bastante más de lo que era entonces habitual. Pasada la Guerra Civil se inscribió como “falangista”; en su familia todos eran monárquicos “valverdistas”; y todavía muy joven, utilizó eficazmente una cualidad que le había dado con generosidad la naturaleza: la simpatía.
La simpatía, era ya entonces “un arma cargada de futuro”… Tal vez por eso, y sobre todo por su inteligencia, Chica fue una joven brillante que tuvo multitud de “pretendientes” y que fue designada por el régimen franquista, “Delegada Local de la Sección Femenina”. Aunque ese cargo tal vez fuera más decorativo que efectivo, desde el pedestal que le ofrecía, “Chica” se relacionaba con lo más granado del régimen y a decir de los que recuerdan su actividad en aquellos años, con la misma seguridad hablaba con un ministro que con el jardinero que entraba en su casa.
Ahora que tanto se valora – casi por decreto- el protagonismo público de la mujer, sería mérito suficiente para figurar en el cuadro de honor de las mujeres prieguenses, el hecho de que ella fue la primera mujer que ocupó el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Priego.
Gracias a su papel como Delegada de la Sección Femenina, llegó a realizar trabajos de gerencia y organización en el internado del Instituto Fernando III el Santo, que se inauguró en Priego en 1952. Y a través de este cargo, se convirtió en profesora de “Labores” del propio Instituto, terminando su carrera profesional, ya en época democrática, como profesora del Instituto de Bachillerato Álvarez Cubero.
Tenía Chica otros muchos méritos, de los que vamos a resumir algunos.
Amaba a Priego intensamente; cuidó la casa que heredó de su madre, una de las joyas arquitectónicas de nuestra ciudad y por lo tanto una de las casas con más “cargas” urbanísticas, pues está catalogada y su fachada y estructura son intocables; era la casa de los Caracuel, se construyó en el siglo XIX y ese relieve de la Santísima Trinidad sobre la puerta de entrada, es uno de los elementos más originales y admirados por los visitantes que llegan a Priego; gastó su dinero (su sueldo y después su pensión, pues no tenía tierras ni otras prebendas) en mantenerla y restaurarla tanto en la fachada como en el interior; nunca pretendió ponerle un zócalo, por ejemplo, o sustituir por aluminio la madera de las ventanas; sí que instaló (debajo de las persianas y por tanto invisibles) unas rejas plegables en los balcones porque una noche se le metió un tío por el balcón de su habitación y se sentó en su cama mientras ella dormía… ¿se imaginan?.
En el patio de su casa, uno de los más bellos de Priego en primavera, verano y otoño (nueve meses de cada doce), recibía a sus amigos y amigas y allí se organizaban interminables tertulias siempre chispeantes gracias a su ingenio. Era fiel, respetuosa y cariñosa con sus amigos y amigas; y con todos sus vecinos. Aunque su ideología era clara, definida, y se mantenía constante desde las profundas vivencias de su juventud, tenía buenas relaciones incluso con personas de ideologías muy contrarias a la suya.
Además, ella mantuvo viva en Priego una institución casi milenaria: la Orden Tercera de San Francisco; una institución fundada en el siglo XIII para seglares que quisieran seguir y practicar las vivencias del espíritu franciscano; algunos de sus amigos nos enteramos tras su muerte de que ella era “Ministra” de la Orden Tercera en Priego; por cierto, con muy poco apoyo de los frailes franciscanos que bien podrían siquiera haberse hecho presentes en el entierro de Chica. También era pilar fundamental en la Adoración Nocturna Femenina. Ahora, otras mujeres tendrán que sustituirla en estas funciones que ella desempeñó con dignidad en tiempos difíciles.
Tiempo tendrá, a partir de ahora, de explicarle personalmente a San Francisco estos problemas domésticos de las Órdenes franciscanas en la tierra. Y también de conversar con sus amigos de antaño, pues a algunos de ellos no los veía desde hacía décadas… ¿Que “descanse en paz eternamente”?. Pues no lo sé; “en paz” sé que lo hará, pues siempre lo hizo, pero “que descanse eternamente”, no se lo deseo, pues estoy seguro de que en eso teníamos la misma opinión: sería demasiado aburrido…!!!.